México debe adoptar una visión de turismo como una práctica totalmente sostenible. Fotos: Shutterstock y cortesía
Adoptar una visión sostenible del turismo ayudará a México
El turismo con visión sustentable permite sensibilizar a los viajeros sobre la preservación de los bosques, selvas y especies animales.
El turismo es conocido como la “industria sin chimeneas”, pero eso es solo un eufemismo. Y es que, si bien no implican un proceso de manufactura, los servicios de hospedaje, alimentación y recreación sí contribuyen a la contaminación ambiental y dejan una huella en el planeta, que debe mitigarse o evitarse con buenas prácticas.
El botón de prueba fue lo acontecido en 2016 en la popular Playa del Amor, en las Islas Marietas, frente a las costas de Nayarit, que tuvo que ser cerrada por un tiempo y luego reabierta, pero con aforo limitado, debido al desgaste que este espacio natural comenzó a presentar.
Ante hechos como ese, “México debe adoptar una visión de turismo como una práctica totalmente sostenible en las dimensiones, económica, social y ambiental, porque el riesgo es perder el patrimonio natural y, con él, también a los visitantes”, refiere en entrevista Francisco Madrid Flores, director del Centro de Investigación Avanzada en Turismo Sostenible de la Universidad Anáhuac.
México —cuya actividad turística representa 8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional— ha dado pasos importantes como haber incorporado el concepto de turismo sustentable en la Ley General de Turismo, recuerda el experto.
Con base en el marco normativo, el turismo sustentable se caracteriza por cumplir tres aspectos principales: uso óptimo de los recursos naturales, sin tener un impacto ambiental significativo; beneficio económico para las comunidades rurales e indígenas que reciben visitantes; además de respeto y preservación de la cultura de las comunidades locales.
Costa Rica, un país centroamericano con selvas y playas vírgenes y semi vírgenes, está considerado como uno de los modelos a seguir, a nivel mundial, en materia de turismo sustentable, mientras México, que es reconocido por su amplia riqueza natural y cultural, debe enfocarse en consolidar su visión de turismo amigable con el medio ambiente.
Ha habido avances, y descontroles. Madrid Flores, de la Anáhuac, recuerda que el Plan Maestro de Cancún, diseñado en la década de 1970, consideraba un total de 20 mil habitaciones de hotel; sin embargo, hoy existen más de 130 mil cuartos si se considera todo el Caribe mexicano, lo cual habla de la expansión urbana hacia espacios naturales y, en algunos casos, de “la voracidad de algunos desarrollos”.
Afortunadamente ya existen casos exitosos de empresas y comunidades que promueven el turismo sustentable, un concepto que ha cobrado interés entre los viajeros, que buscan nuevas experiencias de recreación, refiere Aldo Navarro, coordinador de Ruta Nayar, empresa de turismo de naturaleza.
“El turismo con visión sustentable permite sensibilizar a los viajeros sobre la preservación de los bosques, selvas y especies animales, así como la importancia de la alimentación saludable”, comenta Navarro. y agrega, “también las comunidades se benefician, porque consiguen ingresos a través de los servicios de alimentación y hospedaje o la venta de artesanías”.
En vista de que el turismo es una de las cuatro fuentes de divisas internacionales más importantes para la economía mexicana —el año pasado ingresaron 30 mil 809 millones de dólares (mdd) en total por este concepto—, el desafío que enfrentan empresarios, desarrollos turísticos, comunidades, gobierno y sociedad es buscar las fórmulas para armonizar esta industria con la preservación ambiental y cultural, sin perder de vista la oferta de servicios asequibles para todos los viajeros.
Desde grandes empresas de servicios turísticos con conciencia hasta agencias de viajes enfocadas en oferta eco amigable; espacios y comunidades que abrazan el turismo con un enfoque de conservación, y compañías que planean y ofrecen experiencias sustentables, estos son algunos ejemplos de los avances logrados en el país.
Grupo Xcaret: turismo de masas amable con la naturaleza
Con siete parques recreativos y tres hoteles de gran turismo, Grupo Xcaret, en la Riviera Maya, Quintana Roo, constituye uno de los pioneros en aplicar criterios de sustentabilidad en la construcción de sus instalaciones y en sus operaciones, en beneficio del Caribe mexicano.
Basado en las mejores prácticas internacionales, el grupo empresarial dispone de 18 plantas de tratamiento de aguas residuales, que le permiten reutilizar una cuarta parte de esos volúmenes; además de que ya recicla 22 por ciento de sus residuos sólidos.
La compañía también participa en las labores de retiro del sargazo de las playas y ha contribuido a la apertura de un Hospital de Vida Silvestre, que atiende especies marinas y terrestres.
Grupo Xcaret procura vincularse con la sociedad por medio de la proveeduría de bienes y servicios, pues realiza 97 por ciento de sus compras con empresas nacionales, 85 por ciento de las cuales son pequeñas.
Pilam, el milagro de la restauración ambiental
En Xico, Veracruz, se ubica Espacio Pilam, un sitio de turismo de naturaleza que abarca una extensión de dos hectáreas, en donde hay un cañón, una cascada que se conecta con un río y un bosque. Sin embargo, no siempre fue un paraíso natural, ya que anteriormente había un basurero y áreas deforestadas, lo que implicó un arduo trabajo de restauración ambiental, que se hizo de la mano de la gente de la comunidad.
Aquí solo existe una casa que se construyó con materiales sostenibles, como el bambú, equipada con todos los servicios y con capacidad para máximo ocho personas, de modo que no pueden concurrir grandes grupos.
Sus administradores lo definen como un lugar apto para parejas o para la convivencia familiar. Entre otras prácticas, los residuos sólidos se separan y se reciclan, además de que las aguas residuales se desechan al subsuelo por medio de una fosa.
Si bien Espacio Pilam está aislado del ruido y de la actividad urbana, los visitantes pueden visitar el pueblo vecino de Xico y otros que están alrededor, a menos de 30 minutos por carretera, para adquirir artículos de primera necesidad.
Rutopía, puente digital para pequeñas empresas
Después de colaborar con las comunidades indígenas del bosque de niebla del Triunfo, Chiapas, los empresarios Sebastián Muñoz y Emiliano Iturriaga se dieron cuenta de que estas comunidades tenían buenas ideas para ofrecer servicios turísticos, pero que enfrentaban barreras como la falta de difusión.
Por ello, los empresarios tuvieron la idea de crear una plataforma digital que facilitara el contacto de esas pequeñas empresas turísticas con sus clientes potenciales.
Al mismo tiempo, a través de Rutopía, el turista tiene la garantía de contactar con prestadores de servicios turísticos serios y de alcanzar una experiencia de viaje segura.
Los impulsores de Rutopía consideraron que al apoyar a las comunidades a prestar servicios turísticos, los habitantes se enfocan en cuidar su patrimonio vegetal, animal y cultural, descartan el cambio de uso de suelo para la sobreexplotación ganadera o agrícola, además de que se arraigan en sus lugares de origen y no ven la necesidad de migrar.
Mediante Rutopía, el viajero puede elegir entre más de 500 destinos repartidos en todo el país —selvas, bosques, playas, montañas y centros arqueológicos, entre otros—, con la certeza de que los negocios y cooperativas cumplen con criterios de seguridad, calidad y sustentabilidad.
Ruta Nayar: aventura educativa
Los viajeros que tengan una semana libre y con aspiraciones de aventureros pueden optar por Ruta Nayar, que consiste en una travesía desde Tepic, Nayarit, hasta San Blas, en la costa del Pacífico. Se trata de un recorrido de 56 kilómetros de caminata y en transporte terrestre, con visitas a localidades como La Noria, El Cora, El Cuarenteño, El Llano, Miramar y Matanchen, en San Blas, que permite conocer cascadas, bosques, el cerro San Juan, ríos, manglares y playas.
En el recorrido, el visitante aprende sobre los ecosistemas de la región y a realizar un consumo consciente; la recomendación es viajar con poco equipaje y reducir al mínimo la generación de basura.
Algunas noches es necesario dormir en casas de campaña y en otras ocasiones en cabañas de hospedaje de las comunidades; pero además de todo esto, los visitantes tienen la opción de “llevar un proyecto de su interés” a las comunidades, para compartir conocimientos, como la construcción de hornos de pan, comenta Aldo Navarro.
Mazunte, el refugio de las tortugas
El Centro Mexicano de la Tortuga, ubicado en Mazunte, Oaxaca, es uno de los ejemplos más conocidos de turismo sustentable en el país, debido a sus acciones de protección y conservación de las tortugas golfina, prieta, carey y laúd.
El visitante, que puede concurrir en grandes grupos de amigos, familiares o escolares, puede conocer las especies de tortuga que desovan en México y recibir información científica sobre su relevancia para el ecosistema. Una de las actividades más atractivas para los visitantes es la liberación de las tortugas bebé.
Fuente: Milenio