7 BOLETÍN DE LA COMISIÓN DE SALUD

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Día Internacional del Síndrome de Asperger

 

Desde 2007, el 18 de febrero, se celebra el Día Internacional del Síndrome de Asperger. Esta fecha coincide con el aniversario del nacimiento de Hans Asperger (18/febrero/1906). Pediatra, investigador, psiquiatra y profesor de medicina austríaco, que describió el síndrome.

 

El síndrome de Asperger, es un trastorno del neurodesarrollo que está incluido en los trastornos del Espectro Autista, siendo uno de los más comunes. Los niños con este síndrome tienen dificultades para la interacción social, comunicación verbal y no verbal, presentan intereses y patrones de conducta rígidos, repetitivos o rutinarios, y una marcada dificultad para comunicarse e interactuar con los demás

 

 El objetivo de este día es buscar estrategias de educación para la adaptación e interacción del niño con su entorno.

 

“En cuanto a los patrones repetitivos o rutinarios, los niños con este trastorno suelen acomodar sus cochecitos en fila o por colores, o vestirse siempre de la misma forma, o usar una misma sudadera todos los días, a toda hora, aunque esté sucia. Y si un día en que los llevan en coche a la escuela es inevitable cambiar de ruta por un accidente o un embotellamiento, piensan que los llevarán a otro lado y se angustian”,

 

Estos niños también presentan problemas de comunicación verbal (habla demasiado formal o monótona) y no verbal (expresiones faciales limitadas o mirada rígida), así como movimientos motores torpes y no coordinados.

 

“Otra característica que los distingue es que toman al pie de la letra las expresiones del lenguaje coloquial. Por ejemplo, si alguien les dice: ‘A ver, desaparece del planeta’, entenderán literalmente que lo que se les está pidiendo es que desaparezcan del planeta y no que se vayan un momento de donde están, lo cual también puede ocasionarles angustia. Asimismo, les cuesta trabajo identificar las emociones (tristeza, enojo, miedo…) que a veces se reflejan en el rostro de los demás”.

 

A diferencia de otros síndromes que se manifiestan mediante ciertas características fenotípicas muy claras, como el de Down, el de Asperger no es evidente a simple vista.

 

En su aparición están involucrados desde factores hereditarios y síndromes genéticos, hasta infecciones virales durante el embarazo de la madre. Así, para diagnosticarlo correctamente es necesario realizar una evaluación clínica y del desarrollo neuropsicológico, motor, verbal, auditivo, social y físico, lo cual implica estudios genéticos y metabólicos, pruebas neuropsicológicas, mediciones antropométricas, electroencefalograma y, en ocasiones, una valoración psiquiátrica completa para descartar trastornos de ansiedad o trastornos de estrés postraumático.

 

Así como los factores que intervienen en la aparición del síndrome de Asperger son variados, los tratamientos también lo son y cada uno se ajusta a cada caso. Unos pacientes sufren alteraciones electroencefalográficas, por lo que deben ser tratados con medicamentos anticonvulsivos; o presentan conductas disruptivas, agresivas o impulsivas auto o heterodirigidas, por lo que deben ser tratados con antipsicóticos. Algunos enferman de ansiedad y depresión como resultado de la dificultad que experimentan para comunicarse e interactuar con sus compañeros, y habrá que suministrarles ansiolíticos y antidepresivos.

 

Lo que sí deben recibir todos es psicoeducación, una terapia de habilidades sociales y una terapia familiar. Al respecto, como su patrón de gustos y de actividades es restringido, se clavan en un solo tema y llegan a saber muchísimo de ese tema, debido a lo cual sus papás creen que son brillantes, y en efecto, algunos sí tienen un coeficiente intelectual alto, pero no todos. Entonces, como creen que son brillantes, sus papás no comprenden por qué no los entienden cuando les explican que deben comportarse de tal modo, y, lejos de hacer que los síntomas se regulen y apoyarlos en las reuniones sociales, muchas veces los regañan. De aquí la necesidad de una terapia familiar.”

 

Los niños con el síndrome de Asperger pueden llevar una vida normal, siempre y cuando sean bien tratados, tanto desde el punto de vista médico como familiar y social. Si bien es un trastorno del neurodesarrollo que comienza desde el nacimiento, el síndrome de Asperger se diagnostica tarde, puesto que no se nota demasiado en la primera infancia. Salta a la luz en la edad escolar y la adolescencia, es decir, cuando la interacción social aumenta.

 

Arturo Rangel Bojorges Mendoza

Consejero Suplente ante el H. Consejo Técnico del IMSS.

Fuente: Academia Mexicana de Neurología, AC/GACETA UNAM

 

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