19 BOLETÍN DE LA COMISIÓN DE SALUD, 2023

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¿Sabes que es el Código Cerebro?

 

El Código Cerebro, en una estrategia como parte del Protocolo de Atención Integral del IMSS enfocada a las Enfermedades Cerebro Vasculares.

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al Evento Vascular Cerebral (EVC) como un síndrome clínico caracterizado por el rápido desarrollo de signos y síntomas correspondientes a una afección neurológica focal, y a veces global, que persisten por más de 24 horas o conducen a la muerte, sin otra causa aparente que un origen vascular. El término EVC engloba al Infarto Cerebral (IC), Isquemia Cerebral Transitoria (ICT), Hemorragia Intracraneal (HI) y Trombosis Venosa Cerebral (TVC). El EVC arterial es el más frecuente y de ellos, el 80% suelen ser isquémicos.

 

El EVC isquémico puede definirse como la alteración neurológica focal debida a la muerte neuronal que se produce por falta de circulación cerebral, confirmada por estudios de imagen o síntomas clínicos consistentes, sin otra causa, que duran más de 24 horas. La ICT, se define como un episodio de alteración neurológica focal sin evidencia de infarto cerebral demostrado en estudios paraclínicos; generalmente dura segundos a pocas horas. El EVC hemorrágico se define como los síntomas de alteración neurológica focal debidos a una colección de sangre en el parénquima cerebral (hemorragia parenquimatosa), en el sistema ventricular o el espacio subaracnoideo.

 

A nivel mundial el EVC es la segunda causa de muerte, después de la cardiopatía isquémica; representa también la primera causa de discapacidad en adultos.

Aproximadamente 750,000 personas experimentan un EVC, 1 de cada 6 personas tendrá un EVC en su vida y cada 4 minutos muere un paciente por esa causa. Se estimaron 61 millones de días perdidos de vida saludable en el 2020 y se prevé que el importe global de la discapacidad, la enfermedad y la muerte prematura causada por un EVC se duplique en todo el mundo para el 2030. La tasa de recurrencia a 2 años va del 10 al 22%; sin embargo, puede reducirse hasta en 80% con la modificación de factores de riesgo. El factor de riesgo más frecuente es la hipertensión arterial (60 a 65%) seguido de la diabetes mellitus. El tabaquismo, cardiopatía, obesidad, dislipidemia y edad avanzada son otros factores de riesgo para EVC isquémico.

 

En México, la tasa de mortalidad por EVC se ha incrementado. En 2010 el EVC causó en el Instituto Mexicano del Seguro Social alrededor de 23,850 admisiones hospitalarias, con una tasa de prevalencia de 439.31 por 100,000 derechohabientes mayores de 60 años; ese mismo año el EVC representó la quinta causa de AVISA (Años de Vida Saludables Perdidos) en hombres (135,682) y mujeres (111,718) de 50 a 69 años. 

 

ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES

De no existir intervenciones oportunas y efectivas de prevención, se calcula que para el año 2030, su incidencia se incrementará hasta 44%. Si las tendencias actuales continúan de esta forma, para el año 2030 las muertes por EVC llegarán a 12 millones, los supervivientes a 70 millones y la discapacidad por la enfermedad se presentará en 200 millones de individuos. Se ha demostrado que los pacientes ingresados en una unidad hospitalaria con un equipo multidisciplinario especializado en EVC tienen mejor pronóstico (menor mortalidad, dependencia y días de hospitalización), que aquellos ingresados en unidades que carecen de dichos equipos.

 

Las acciones del Protocolo de Atención Integral (PAI) tienen como objetivo estandarizar la atención médica para optimizar el tiempo entre el inicio de los síntomas, confirmar el diagnóstico y aplicar la terapia de reperfusión oportunamente, establece líneas de acción para homologar las actividades de diagnóstico, tratamiento, prevención y rehabilitación que se deben llevar a cabo por el personal de salud en los diferentes niveles de atención, en el IMSS, basadas en la mejor evidencia disponible y en las recomendaciones de expertos con la intención de estandarizar las acciones nacionales acerca de:

 

  1. Fomentar acciones de promoción de la salud desde la juventud y en la población con riesgo de EVC.
  2. Establecer acciones educativas específicas y permanentes para favorecer estilos de vida saludable, empoderamiento y autocuidado en pacientes adultos con riesgo de EVC.
  3. Garantizar el diagnóstico y tratamiento innovador y oportuno del paciente con infarto cerebral agudo, de manera que reciba tratamiento en los primeros 60 minutos de su ingreso al servicio de urgencias.
  4. Prevenir y tratar complicaciones en las primeras 24 a 72 horas de los pacientes adultos con Infarto cerebral.
  5. Implementar la rehabilitación temprana y a largo plazo.
  6. Estratificar tempranamente (antes del egreso) el riesgo de recurrencia en pacientes con EVC.
  7. Estandarizar acciones de prevención secundaria para lograr metas de control de acuerdo con la comorbilidad del paciente.

 

Lo anterior favorecerá la mejora en la calidad y efectividad de la atención, contribuyendo a reducir la morbimortalidad y lograr el bienestar de los derechohabientes.

 

Arturo Rangel Bojorges Mendoza

Consejero Suplente ante el H. Consejo Técnico del IMSS.

Fuente: Protocolos de Atención Integral IMSS.

 

 

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