Descripción
La construcción del templo se inició en 1735, gracias a la ayuda del rico minero Pedro Romero de Terreros, conde de Regla, quien aportó 20 mil pesos para realizar esta obra; más tarde donó para la pronta terminación de la obra la suma de 41 mil 993 pesos, costeando la hechura del altar mayor y el órgano de la iglesia. La primera piedra del templo se puso "el 11 de octubre de 1735 por mano de Don Martín Elizacochea y se bendijo la tarde del 19 de abril de 1755, haciéndose la dedicación al día siguiente, con la asistencia del arzobispo don Manuel Rubio y Salinas y del virrey Conde de Revillagigedo". Se sabe que antes de 1738 trabajó en su construcción Jerónimo de Balbás, autor del retablo de los Reyes de la Catedral Metropolitana, quien fue criticado por Pedro de Arrieta y Miguel José de Rivera porque siendo ensamblador, se había metido a "maestro de arquitectura" sin tener experiencia. La escultura del santo se labró a expensas de Fray Diego de Alcántara, comisario general de la orden.