El entorno natural
Con sus casi 138,000 km2, la geografía de la península de Yucatán se caracteriza por sus paisajes planos de dúctil piedra caliza, salvo en los litorales y la parte sur. Tiene una serie de elevaciones pequen?as, llamadas Puuc, que la atraviesan. El agua de lluvia no permanece en la superficie y abre caminos en el subsuelo; al llegar al manto freático va formando ríos subterráneos, grutas, cavernas y los sagrados cenotes. La planicie, cubierta de vegetación, va convirtiéndose en intrincada selva a medida que se avanza hacia el sureste.
El conocimiento perfecto de su entorno llevó a los mayas a tener un uso racional de sus recursos, ya sea como alimentos, medicamentos o como materiales constructivos y materias primas para la producción de sus bienes cotidianos, suntuarios y rituales. Por sus características extraordinarias algunas aves, reptiles y felinos fueron los representantes de los tres niveles de su cosmos: el celeste, el terrenal y el inframundo.
Edificaron espectaculares urbes cuya arquitectura monumental replicaba el cosmos. Tuvieron una concepción cíclica del tiempo y una compleja escritura que da cuenta del registro de su historia, la de sus soberanos y de su cosmovisión. Los vestigios arqueológicos muestran el desarrollo de especialistas como ceramistas, lapidarios, pintores, escultores, arquitectos y mercaderes, entre muchos otros.